sábado, 28 de marzo de 2015

Lo que yo soy [Neruda]

Ay, que lo que soy siga existiendo y cesando de existir,
y que mi obediencia se ordene con tales condiciones de hierro
que el temblor de las muertes y de los nacimientos no conmueva
el profundo sitio que quiero reservar para mí eternamente.
Significa sombras, Pablo Neruda.

Para qué sirven los versos [Neruda]

Para qué sirven los versos si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua, para ese día,
para ese crepúsculo, para ese rincón roto
donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?

Oda a Federico García Lorca, Pablo Neruda

lunes, 23 de marzo de 2015

cargando el arma

Y qué quieres que te escriba si ya no sé qué escribir,
si no sé qué puedo enseñarte que otro no pueda decir.
Mírame más allá de las pupilas, y, si encuentras algo,
avísame pues yo no lo veo y no sé cuánto es lo que valgo.

Hoy saldré por la ventana, pero no caeré,
me elevaré entre las nubes en busca de mi fe.
No sé si la encontraré, pero puedo emularla
aprenderé a ser yo por dentro y por fuera pondré otra cara.

La clave es... la misma paradoja de siempre...
¡que no hay clave alguna!
La verdad siempre está presente, pero siempre
con una funda.

Es preocupante echar de menos
a quien nunca has tenido.
Da a entender la falta de cariño que se tiene...
de un mismo.

Deseos imposibles,
todos los hemos tenido.
Y esa es la certeza
que merece el seguir vivos:
cumplirlos.

Publicado en Fotolog el 13 de noviembre de 2007

sábado, 14 de marzo de 2015

Amor y conocimiento: mi lectura de 'Por qué no soy cristiano', de Bertrand Russell

   Acabo de terminar de leer una recopilación de artículos de Bertrand Russell, bajo el título Por qué no soy cristiano. Me parece uno de los autores más sensatos que he leído jamás, y uno de los autores con cuyas reflexiones más concuerdo; a muchas de las cuales había llegado ya por mi propia experiencia e indagaciones*.

   Es curioso: a medida que avanzaba, su lectura se me iba antojando una reafirmación casi innecesaria de mis propios puntos de vista, pero a la vez no recordaba haber tenido nunca dicha sensación tan agudizada con otros autores, con lo que la experiencia era extraña y, a su modo, cautivadora.

Bertrand Russell
   Ahora, por un lado no siento la necesidad de leer nada más, en este aspecto, de Bertrand Russell. Siento que concuerdo con él en lo esencial, y su lectura, más que ideas nuevas (que también), me reporta formas de articular ciertos argumentos (que tampoco es poco). Por otro lado, me queda la curiosidad de hasta qué punto estaré de acuerdo con su visión del mundo (que, por otro lado, contemplaba un momento histórico muy diferente del actual). En ese sentido, tengo especial intriga sobre sus ideas en La conquista de la felicidad, el otro de sus libros que me espera en la estantería (quizás no por mucho tiempo, pese a que el título parezca de la sección de autoayuda). Por el momento, su tesis sobre lo que considera 'la buena vida' me parece óptima:
La buena vida es una vida inspirada por el amor y guiada por el conocimiento.
   Este énfasis en potenciar y armonizar ambas cosas, amor y conocimiento, en pos de alcanzar la mejor vida posible, me parece clave. Cualquiera de los dos sin el otro, está destinado a ser insuficiente y perjudicial. Los dogmas suelen exacerbar el papel del amor y olvidar el conocimiento, mientras que la ciencia, nuestra fuente más fiable de conocimiento, no se ocupa de la bondad. Es por ello que nos corresponde a nosotros, cada uno de los que tenemos nuestro nicho de influencia en este mundo, perseguir vidas con tanto amor y conocimiento como sea posible. Siempre se puede alcanzar más de ambas cosas, por lo que es un camino por el que siempre se puede avanzar.

Portada del libro
   Cuando mi madre, muy católica, vio el título del libro, Por qué no soy cristiano, no se escandalizó (la voy acostumbrando). Al contrario, en seguida me dijo que se lo dejara leer una vez lo terminara yo. "Para conocer al enemigo", añadió con cierta guasa. No sé hasta qué punto es consciente de que, con algo de retranca, sí, pero me estaba considerando su enemigo. Lo que sé perfectamente es que no me trata como tal ni mucho menos, y por eso y por otras mil cosas -como el hecho de que se quiera leer un libro que sabe que va contra sus firmes ideales-, la quiero más de lo que se puede decir.

   Por mi parte, por recomendación, le tengo echado el ojo a algunos libros de C. S. Lewis y Chesterton en los que hacen apología del cristianismo. No es que me haya faltado la perspectiva religiosa en la vida -he recibido multitud de catequesis e influencias, y me he informado de los principales argumentos a su favor-, así que dudo muy seriamente de que me vayan a convencer de nada. Pero siempre los puedo leer para descubrir nuevas perspectivas (tengo especial curiosidad sobre Chersterton) y para crecer en erudición.
   Para eso, o para "conocer al enemigo", como dice mi madre.

   *Nota: no pretendo sugerir, ni mucho menos, que estoy al nivel cultural, filosófico y racional que demuestra Russell, y que he llegado solo por mi cuenta a sus mismas ideas. Estoy convencido de que si, ya antes de leerlo, compartía muchos de sus argumentos y conclusiones, es porque éstos me habían llegado antes a través de otros medios influenciados a su vez por él o por pensamientos que le influyeron a él también.

Los males del cristianismo y el comunismo: ¿son tan diferentes? [Bertrand Russell]


Escrito en 1954:
    "Es habitual, entre los apologistas cristianos, considerar el comunismo como muy distinto del cristianismo y contrastar sus males con los supuestos bienes disfrutados por las naciones cristianas. Para mí esto es un profundo error. Los males del comunismo son los mismos que existían en el cristianismo durante las edades de la fe. La GPU [policía secreta de la Rusia Soviética] se diferencia de la Inquisición sólo cuantitativamente. Sus crueldades son de la misma clase, y el daño que hace a la vida moral e intelectual de los rusos es del mismo tipo que el que hicieron los inquisidores donde prevalecieron. Los comunistas falsifican la historia, y lo mismo hizo la Iglesia hasta el Renacimiento. Si la Iglesia no es ahora tan mala como el Gobierno soviético, se debe a la influencia de los que la atacaron: desde el Concilio de Trento hasta el día de hoy, todas las mejoras de la Iglesia se han debido a sus enemigos. Hay muchos que se oponen al Gobierno soviético porque les disgusta la doctrina económica comunista,  pero esto es lo que el Kremlin tiene en común con los primeros cristianos, los franciscanos, y la mayoría de los heréticos cristianos medievales: Tomás Moro, un mártir ortodoxo, habla del cristianismo como de algo comunista, y dice que éste era el único aspecto de la religión cristiana que la hacía recomendable a los utópicos. No es la doctrina soviética en sí misma la que puede considerarse justamente como un peligro; es el modo en que se mantiene esta doctrina. Se la defiende como una verdad sagrada e inviolable, y el dudar de ellas un pecado merecedor del más severo castigo. El comunista, como el cristiano, cree que su doctrina es esencial para la salvación, y esta creencia es la que hace la salvación posible para él. Las semejanzas entre cristianismo y comunismo son las que los han hecho incompatibles entre sí. Cuando dos hombres de ciencia están en desacuerdo, no invocan el  brazo secular; esperan que la prueba ulterior decida quién tiene razón, ya que, como hombres de ciencia, saben que ninguno es infalible. Pero cuando dos teólogos difieren, como no hay criterio al que ninguno de ellos pueda apelar, sólo existe un odio mutuo y una apelación, explícita o no, a la fuerza. El cristianismo, lo reconoceré, hace menos daño del que solía hacer; pero ello se debe a que se cree con menos fervor en él. Quizá, con el tiempo, se dará el mismo cambio con el comunismo; y, si así es, ese credo perderá mucho de lo que hoy le hace pernicioso. Pero si en Occidente prevalece el criterio de que el cristianismo es esencial a la virtud y la estabilidad social, el cristianismo adquirirá de nuevo los defectos que tenía en la Edad Media; y, al parecerse más al comunismo, se le hará cada vez más difícil de reconciliarse con él. Este no es el camino que va a salvar al mundo del desastre.

¿Puede la religión curar nuestros males?, Bertrand Russell

viernes, 13 de marzo de 2015

Dos citas sobre la democracia [Bertrand Russell]

    "Una democracia en la que la mayoría ejerce sus poderes sin restricción puede ser tan tiránica como una dictadura. La tolerancia de las minorías es parte esencial de una democracia prudente, pero esto no se recuerda siempre lo bastante."
    "Una de las cosas más importantes que se debe enseñar en los centros docentes de una democracia es la actitud de sopesar argumentos, y el tener una mente abierta y preparada de antemano a aceptar el argumento que parezca más razonable."

La libertad y las universidades, Bertrand Russell.

jueves, 12 de marzo de 2015

El cojinete [cita de Terry Pratchett]

   "Conocía la reputación de Leonardo. [...] Aquel hombre había inventado el cojinete, un artilugio tan obvio que jamás se le habría ocurrido a nadie. Esa era la clave de su genialidad: él inventaba cosas que se le podían haber ocurrido a cualquiera, y los hombres que inventan cosas que se le podrían haber ocurrido a cualquiera son muy escasos."

Uno de mis fragmentos favoritos de Terry Pratchett, fallecido hoy. De su libro El último héroe.

La Muerte, el mejor personaje de sus libros

miércoles, 11 de marzo de 2015

El peligro de la moral irracional [cita de Bertrand Russell]

"Muchos adultos conservan en lo profundo de sus corazones las enseñanzas que recibieron en la niñez y se sienten pecadores cuando sus vidas no siguen el rumbo que les fue indicado en la escuela dominical. El daño que se produce no es únicamente la escisión que provoca entre la personalidad razonable consciente y la personalidad infantil inconsciente; reside también en el hecho de que, junto con las partes no válidas de la moral tradicional, se desacreditan también los aspectos válidos, y se llega a pensar, por ejemplo, que si el adulterio es excusable lo son también la ociosidad, la deshonestidad o la crueldad. Este peligro está estrechamente relacionado con un sistema que enseña a los jóvenes un conjunto de creencias que tienen que desechar en bloque cuando son adultos; cuando entran en la fase de rebeldía social y económica es muy probable que desechen tanto lo bueno como lo malo."

Es decir, que un peligro de enseñar moral asociada a creencias no racionales es que cuando alguien rechace dichas creencias o parte de esa moral, es más probable que tienda a rechazar el resto de preceptos en bloque, aunque no todos ellos fueran necesariamente malos o errados.

Palabras entrecomilladas de Bertrand Russell en Nuestra ética sexual.

martes, 10 de marzo de 2015

Mi bisabuela


Isabel Castrillo, 98 años

—Tú, abuelita, que has visto cómo han cambiado las cosas en casi un siglo de vida, ¿qué diferencias notas de antes a ahora?

—¡Muchísima diferencia! Ahora no hay ni educación, ni cariño, ni respeto. Ha habido un cambio radical en respeto. No se respeta a padres, familiares, ni a cualquiera. ¡Entre muchos! ¡Ojo! No todos. Nosotros por suerte tenemos una familia maravillosa. Estamos unidos como una piña. Yo os quiero a todos, a todos, muchísimo.