sábado, 1 de diciembre de 2012

Ni borrón ni cuenta nueva


Hace más de tres años que escribí la última entrada en este blog. Estuve atándome los cordones. Me consta que el mundo ha llorado su ausencia. En realidad no. Lo sé, lo sé, lo sé.

Ni siquiera yo lo he echado de menos. En general, ni lo había sabido utilizar (o lo había utilizado conscientemente a mi apetencia, caóticamente, sin aspirar a una mínima estructura o discurso). He vuelto con unas ganas algo más concretas, pero todavía dispersas. Las ganas que tengo son de escribir sobre escribir, y sobre leer, y sobre escuchar, y sobre escupir. Lo noto mucho al escribir, sobre todo algo como esta misma entrada: soy caótico, desordenado, despistado. Necesito de una concentración extrema para articular las ideas con una cierta coherencia. Y aunque suene paradójico, no suelo ser capaz de concentrarme si no hay algo que me desconcentre. Por ejemplo, la música es una constante que ha de acompañarme de fondo, aunque sea muy suavemente, para poder ponerme al tajo de redactar. De alguna forma ese sonido es parte estructural del entorno. Su función es sostener mi atención de una forma parecida a la que la mesa sostiene el ordenador o la silla mi culo y compañía.

Pues lo dicho: tiendo a irme por las ramas, o a saltar de unas a otras al azar. Pero ahora me apetece escribir un humilde árbol y regarlo con cierta frecuencia. ¿Perseverarán mis intenciones o lo hará, por contra, mi naturaleza?

Resumiendo: que quiero volver a las andadas, con el probable lavado de cara, lengua y cabeza que el tiempo ha operado en mí.
Sé (o creo saber) lo siguiente:
 -Que los blogs ya no tienen la actualidad solían.
 -Que los hay de este estilo (el de "autor" que pone lo que le da la gana sin atenerse a ningún campo, especialidad o tema en concreto) a patadas, llenos de grandes y buenas intenciones y abandonados tarde o temprano a la espera de una improbable resurrección. Su muerte definitiva es en general, de hecho, una mayor alegría que su resurrección, ya que su calidad suele ser pésima (y ya tenemos basura más que suficiente para ahogar a trescientas generaciones).
 -Por tanto, que este blog, inscrito en el modelo arriba descrito, es altamente prescindible.
 -Que un blog que no se lee no se sostiene.

Y pese a todo he decidido decantarme por la senda árida, sucia, fea y hasta malvada: mejor escribir basura innecesaria que nada. Y no empiezo un nuevo blog, aunque crea que lo que viene a continuación tiene poco que ver con lo que esto fue. Y no elimino ni desapruebo las entradas anteriores a esta. No hago ni borrón ni cuenta nueva, aunque a efectos prácticos sí lo esté haciendo.