miércoles, 17 de diciembre de 2008

Mi voz

Me presento. Esta es mi voz: yo soy. Tengo nombre, al igual que muchos otros tienen mi nombre. Un nombre que puede coincidir con el tuyo, o con el de tu padre, o con el de tu hijo, con el de tus antepasados o con el de un perro. Espero que eso último no. No soy otro fuera de mí y soy todos, como todos. Al nacer, nuestros padres no pudieron esperar a que creciéramos y alcanzáramos uso de razón y conociéramos el mundo para preguntarnos: ¿Cómo te quieres llamar? Así, quieras que no (obviando todos los problemas de comunicación e identidad que existirían durante la etapa de crecimiento), lo más probable es que cada uno de nosotros tuviéramos nombres distintos, por eso de que nos gusta ser independientes o, por lo menos, sentirnos únicos. Por ello, aunque podría desvelaros tamaña nimiedad, prefiero definirme por algo que también me hace único, pese a ser una característica compartida con todos los seres: soy.

Esta es mi voz al día, con un ligero timbre orgulloso: soy.
Esta es mi voz a la noche, con un apocalíptico deje fatalista: fui y soy. ¿Seré?



Los mejores finales no finalizan.